
Entrevista al poeta Felipe López Daniel: Primero, agradecer a Felipe por aceptar la invitación a la charla, a la conversación. La primera pregunta, y ciertamente es una buena forma de iniciar, es ¿quién es Felipe López? ¿Te consideras un poeta? ¿Un escritor? ¿O simplemente un observador inquieto del entorno?
Felipe: Un creador de imposibilidades. Daniel: (risas), no lo dudo. Felipe, vos has escrito ya dos poemarios muy interesantes “Aqua” y “La Danza del atrato”, ambos con una presencia muy notable del elemento acuático. Incluso en algunos de tus juegos con el land art, el agua está presente. ¿Por qué es vínculo con el agua? ¿qué significa en tu poética y en tu desarrollo vital?
Felipe: Lo del agua ha sido un elemento de redescubrimiento y de acercarme a los orígenes, además de escribir de una manera vivida sobre los ríos de Colombia, que son memoria de la violencia. Así pues, el agua es un portal al cual viajo como un salmón. La posibilidad de ir a la profundidad o a la superficie de mi propio silencio. Daniel: Algunos han calificado tu obra de neo-bárroca, relacionándola con poetas como José Lezama Lima, Nestor Perlonguer o Marossa Di Giorgio. ¿Crees que es cierto? ¿Qué piensas de estas influencias?
Felipe: Mi relación con el mundo, con mis emociones es por medio de la imagen, una imagen que se fragmenta en muchas imágenes, y es donde escribo para que esas imágenes me den claridad por medio del poema, pero a la final nunca se clarifican, son difusas, y es donde aparece la incertidumbre, una extrañeza de poder contemplar al mundo con vitalidad, pero sin comprenderlo. Escribir entonces es crear un nuevo mundo en el que se puede estar unos instantes, para permanecer en el exilio. Quizás mi poesía clasifique como neo barroca, pero no lo he buscado como posibilidad estética, sino que es mi forma de comunicación con el mundo. Daniel: Sí, he visto que eres un poeta muy inquieto, en tus busquedas, en tus exploraciones, tanto estéticas, como formativas. Una de las apuestas más interesantes y llamativas de tus experimentaciones es el uso de las nuevas tecnologías. Pienso que eres uno de los pocos poetas de la ciudad que se atreve a tomar este camino. ¿Cómo piensas que estos nuevos formatos y dispositivos pueden generar nuevas formas de leer y de relacionarnos con la poesía?
Felipe: La verdad es que las nuevas tecnologías no son la panacea, pero si un campo donde la poesía puede hacer mucho. La tecnología no hace que se haga mejor poesía, pero la poesía hace de la tecnología una suerte de rebelión ante el consumismo y la mercadotecnia. El formato tecnológico es efímero y la poesía puede inutilizar el utilitarismo de la tecnología, apropiarse de ella para convertirla en producto de no consumo, en banalizar sus estratagemas. La obsolescencia no es compatible con la poesía, y esto tiene que ver que cuando se habla de nuevas tecnologías se habla en formatos para su divulgación y consumo, lo interesante es analizar el nivel de control, vigilancia y enajenación que nos someten estas herramientas, y es allí donde la poesía nos hace escapar de la sumisión, en cuanto se puedan utilizar estas tecnologías para alterarlas y transgredirlas.
Por ejemplo yo he aprendido como hobby a programar y reconocer ciertas funcionalidades de los algoritmos y del machine learning , y esto me ha hecho repensar el poder que tiene la poesía sobre estos medios, (con cierto espíritu dadaísta o “neo oulipo”) al ver fenómenos poéticos y de gran belleza en un código de programación, como si estos irradiaran un lenguaje sagrado, de recrear nuevas realidades y no verlos como el control de nuestras vidas sino como una posibilidad de libertad, y es donde creería que los poetas de las futuras décadas harán del código informático y la poesía una suerte de rebelión, de erotizar los algoritmos como una simbiosis de libertad, como un mecanismo de transcodificación que implica el intercambio vital y armónico entre lenguas y culturas.

Daniel: Una erotización de la máquina, muy interesante, y arriesgado ciertamente. Me gustaría que me comentarás de algunos de los proyectos, relacionados con tecnología, en los que estás trabajando actualmente y por qué serían importantes aplicarlos para la difusión y divulgación de la poesía en la ciudad.
Felipe: Desde el colectivo Nuevas Voces tenemos un laboratorio de formato experimentales Cyberpoiesis, y me ha dado la oportunidad de hacer una exploración transdisciplinar al tener diálogos con ingenieros, informáticos y de diversas disciplinas para incorporar nuevos formatos en la poesía. Allí he desarrollado dos aplicaciones de realidad aumentada, diversos video poemas 2D y 3D, y desde el campo investigativo como un proyecto que se llama Neuropoesía el cual busca la generación de texto poético mediante la comunicación de una interfaz cerebro máquina. Creo que es una posibilidad de expandir lo poético a través de estas herramientas, y que desde Cyberpoiesis, llevamos un proceso arriesgado y vanguardista en Colombia,.
Daniel: ¿En que consisten esos poemas en 2D y 3D que vienes desarrollando? ¿crees que a partir de la animación la poesía puede llegarle a más personas?
Felipe: La video animación es una posibilidad de expandir lo poético, y creo que en Colombia y en Latinoamérica se ha hecho muy poco, y es un campo muy interesante que se puede hacer mucho y puede cautivar a nuevos públicos. La nueva generación de poetas tienen una relación paradójica con las nuevas tecnologías, y es que utilizan las redes sociales como divulgación y promoción de su trabajo, pero en la creación están más cercanos al pasado, a lo analógico, y esto tiene que ver con el boom actual de las publicaciones cartoneras, los fanzines, el collage, algo que en lo personal me interesa, pero creo que ambas cosas se pueden combinar, pues se está dejando al lado cierto potencial que puede brindar la tecnología como los algoritmos, la video animación, la inteligencia artificial, las app, el hardware libre. Todas estas herramientas más que la novedad de aplicarlo a la poesía, lo importante es su uso comunicativo de crítica, sensibilidad y humanidad, como las vídeo animaciones 2D y 3D que he venido realizando. Daniel: Bueno, cambiando un poco el tema, has formado un colectivo de poesía joven, conjuntamente con otros poetas de la ciudad llamado Nuevas Voces, ¿cómo ha sido esta experiencia? ¿por qué es importante, en estos tiempos, construir colectivos jóvenes de poesía?
Felipe: En Medellín está viviendo el auge de la poesía de manera muy importante, y ahora vemos como la democratización de la poesía lo hace más accesible a las personas desde la llegada del internet, y esto ha posibilitado romper ciertas jerarquías convencionales, lo que ha producido nuevas posibilidades de conocer a nuevos poetas, pero también ha generado la banalización y el culto a la imagen, creo que el error de los poetas jóvenes es el reconocimiento inmediato y la incapacidad al fracaso.
Frente a tu pregunta creo que siempre han existido colectivos o grupos en diversas artes, con diversos intereses, en el caso del colectivo Nuevas Voces se ha dado por la amistad y por ciertas inquietudes y afinidades estéticas o filosóficas que el fondo se trata del compartir y aprender, y que de ello surjan proyectos y acciones es porque nos llena de impulso vital de crear y creer en la poesía como posibilidad de transformación. Daniel: No puedo evitar cerrar con esta pregunta, ¿Puede una máquina escribir poemas? Felipe: (risas), pues eso ya está sucediendo hace mucho tiempo y ahora con la inteligencia artificial, esto me recuerda el manifiesto sobre la poesía maquinal, o escrita por máquinas de Eugenio Tisselli que decía que las máquinas hagan la poesía, para así nosotros dedicarnos a vivir. Lo que si te puedo decir es que ninguna máquina podrá remplazar las experiencias humanas más profundas como el amor, la amistad, y la contemplación poética de ver el mar, un atardecer. La escritura es la mayor tecnología humana y en cualquier época existirá una pulsión inmortal por escribir poesía.
